miércoles, enero 02, 2008

Lo que damos de nosotros

1 de Enero de 2008
Este caso imaginario sucedio entre un billete de 100.000 Gs y otro de 1.000 Gs que se encontraban encabezando los fajos de sus respectivos pares dentro una bolsa de una empresa transportadora de caudales rumbo a un Banco para ser dispuestos a su entrega al publico.

Mientras se encontraban lado a lado, el billete de 1.000 Gs le preguntó a su compañero:

- Oye, amigo, ¿dónde has estado? No te he visto en mucho tiempo.

El de 100.000 Gs respondió:

- Amigo, ¡¡Vaya que he tenido trabajo!! Viaje a ciudades distantes, también a los restaurantes más finos, a los casinos más grandes. También estuve en numerosas boutiques, en shoppings y centros comerciales de lujo en Asuncion y Ciudad del Este, y también en el nuevo que ayudé a construir. De hecho, justo en esta semana estuve en Europa cuando mi dueño ocasional por error me llevo entre unos dolares que salieron hablando en ingles rapidamente en Paris, Roma y Madrid, despues aqui visite un balneario y un salón estilista de gran clase. ¡¡He hecho todo eso!!

Después de haber descritos todos esos grandiosos viajes, el billete de 100.000 Gs le preguntó al de 1.000 Gs

- Y a ti cómo te ha ido? ¿Dónde has estado?

El billete de 1.000 Gs respondió,

- Bueno, he estado en la Iglesia de San Roque, en las manos de una anciana que pedia en la puerta de una Parroquia, en la esquina de un semaforo viendo lavar parabrisas a un niño de 4 años, en una caja de lustrabotas...en...

- ¡¡¡ESPERA, ESPERA, DETENTE UN MINUTO!!!" - gritó el billete de 100.000 Gs.., -¿Qué es una iglesia, una Parroquia, un niño, un lustrabotas...?"

Autor "Anonimo"



A veces damos lo que nos sobra. Siempre damos lo que nos sobra. No solo dinero, sino tiempo y calor.

A veces creemos que el valor superlativo que tenemos es el valor superlativo que nos mide en cuanto a lo que hacemos, recorremos, dejamos de hacer, aparentamos o equivalemos en la sociedad. En el vaiven del oropel y el terciopelo del que rodeamos nuestra vida, nos creemos dueños del mundo y en la cuspide de una montaña que creemos no terminara jamas.

Pero es una montaña rusa...

La sencillez, sin embargo, permite conocer experiencias de vida que no se adquieren tomando aviones, conexiones o durmiendo en hoteles del mundo, recorriendo centros comerciales, comprando lo superfluo y jugandose la suerte en fichas materiales que desgastan el animo como aniquilan el autoestima al jugarse hasta la casaca en azar manipulado casi siempre por el propio hombre...

La aventura esta a la vuelta de la esquina, en la puerta de tu casa. En el rostro que te mira con la mirada inquisidora del niño que deja trasuntar miles de cuestiones por sus ojos aparentemente desafiantes que irritan a los que tienen motivos para enojarse pero que conmueven a los que leen dentro del alma humana porque son sencillos, tanto que son capaces de pasar de mano en mano, deteriorandose de tanto manoseo en manos humildes, manos trabajadoras, manos pecadoras o virtuosas, bolsillos plenos o bolsillos rotos, que caen al piso sin representar dolor para el que lo perdio pero alegria inmensa para el que lo encontro...

No en balde se le llama "sencillo"...

"Hay que ser sencillo para entrar al Reino de los Cielos" o algo asi decia un Hombre hace casi dos mil años... creo que cuanto mas valor tengamos y por mas fotos de santo que nos pongan, ese santo estaria mas comodo que el heroe en el billete mas "sencillo" de todos: el que se regala sin dolor y se recibe con amor, el que se da sin remordimientos y se recibe con beneplacito.

Aunque haya que "dar hasta que duela"... los que dan ese "sencillo" como ofrenda y no como limosna sienten mas su carencia que aquellos que dan el billete de mas valor en el mismo contexto...

A veces pienso que seria un lindo objetivo de vida apuntar a tener el valor del billete grande pero por ser "sencillo"...


(...perdon si molesto...)
Posteado por DrBlues
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