miércoles, enero 16, 2008

Cuan fuerte es tu fe?

14 de Enero de 2008

Cuentan que un alpinista, desesperado por conquistar el Aconcagua inicio su travesía, después de años de preparación. Pero quería la gloria para él solo, por lo tanto subió sin compañeros. Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde... Pero, obsesionado, no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo decidido a llegar a la cima.

Oscureció, la noche cayo con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no se podía ver absolutamente nada. Todo era negro, cero visibilidad, no había luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes. Subiendo por un acantilado, a solo 100 metros de la cima, se resbaló y se desplomó por los aires... Caía a una velocidad vertiginosa, solo podía ver veloces manchas cada vez más oscuras que se deslizaban por la misma oscuridad y sentir la terrible sensación de ser succionado por la gravedad.

Seguía cayendo... Y en esos angustiantes momentos, pasaron por su mente todos sus gratos y no tan gratos momentos de la vida; pensaba que iba a morir, sin embargo, de repente sintió un tirón tan fuerte que casi lo parte en dos... ¡Sí!, como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura. En esos momentos de quietud, suspendido por los aires, no le quedo más que gritar:

-¡Ayúdame Dios Mío... !-

De repente una voz grave y profunda le contestó desde los cielos:

-¿Que quieres que haga, Hijo Mío?-

-¡Sálvame, Dios Mío!-

-¿Realmente crees que te pueda salvar?-

-¡Por supuesto, Señor...!-

-Entonces corta la cuerda que te sostiene...-

Hubo un momento de silencio y quietud. El hombre se aferró más a la cuerda y reflexionó...

Cuenta el equipo de rescate que al otro día encontraron colgado a un alpinista congelado, muerto, agarrado fuertemente con las manos a una cuerda... a tan solo dos metros del suelo...

Anonimo

Dia a dia, cuerdas sujetan nuestras manos y nos aferramos a ellas con la vana esperanza del que no ve mas alla de su propia nariz por temor a abrir los ojos. El entorno traiciona y la rutina hace presa de quienes, ardides del dia a dia mediante, son pasto de las llamas del desamor y la desesperanza, de la inaccion y la pobreza de espiritu.

La fe es soltarse, es dejarse ir, es fluir con la corriente con la esperanza del transito en la vida como el que se abandona a la pericia del capitan, del guia, del iluminador de trayectos.

La fe puede ser tan equivoca como una cuerda, que da salvacion efimera a costa de una falsa sensacion de seguridad. La cuerda ata lo que nuestra alma desee mantener atada.

Cuan fuerte es la fe que uno tiene para soltarse al vacio y darse cuenta que su vida, su propia vida, no es un accidente del destino sino una huella mas bien planificada en el camino que conduce a lo Perfecto, por mas ignoto y lejano que este pueda parecer.

Soltemos amarras. Es hora de tener fe.

(...perdon si molesto...)
Posteado por DrBlues
En el foro Creencias con 4 respuesta(s)
Visitas: 25
Ranking: 5:1

No hay comentarios.: