domingo, enero 20, 2008

Reconciliacion

Una vez un miembro de una tribu se presento furioso ante el jefe para informarle que estaba decidido a tomar venganza de un enemigo que le habia ofendido gravemente. Queria ir inmediatamente y matarlo sin piedad...!!!

El jefe lo escuchó atentamente y luego le propuso que fuera a hacer lo que tenía pensado, pero antes de hacerlo llenara su pipa de tabaco y la fumara con calma al pie del árbol sagrado del pueblo.

El hombre cargó su pipa y fué a sentarse bajo la copa del gran árbol.

Tardó una hora en terminar la pipa. Luego sacudió las cenizas y decidió volver a hablar con el jefe para decirle que lo había pensado mejor, que era excesivo matar a su enemigo pero que si le daría una paliza memorable para que nunca se olvidara de la ofensa.

Nuevamente el anciano lo escuchó y aprobó su decisión, pero le ordenó que ya que había cambiado de parecer, llenara otra vez la pipa y fuera a fumarla al mismo lugar.

También esta vez el hombre cumplió su encargo y gasto media hora meditando. Después le pareció excesivo castigar físicamente a su enemigo, pero que iría a echarle en cara su mala acción y le haría pasar vergüenza delante de todos.

Cómo siempre, fue escuchado con bondad pero el anciano volvió a ordenarle que repitiera su meditación como lo había hecho las veces anteriores. El hombre medio molesto pero ya mucho mas sereno se dirigió al árbol centenario y allí sentado fue convirtiendo en humo, su tabaco y su bronca.

Cuando terminó, volvió al jefe y le dijo: "Pensándolo mejor veo que la cosa no es para tanto. Iré donde me espera mi agresor para darle un abrazo. Así recuperaré un amigo que seguramente se arrepentirá de lo que ha hecho ".

El jefe le regaló dos cargas de tabaco para que fueran a fumar juntos al pie del árbol, diciéndole: "Eso es precisamente lo que tenia que pedirte, pero no podía decírtelo yo; era necesario darte tiempo para que lo descubrieras vos mismo".

Del cuento: “LAS TRES PIPAS” de Mamerto Menapace

Siempre es tiempo de reconciliación (aunque nos lleve al vicio del tabaco, para darle un toque de humor a la reflexion del cuento). Pero tambien siempre, a cualquier hora y en cualquier momento, sin importar que sea de madrugada o de dia, en horas laborales o de ocio, es tiempo siempre de reconciliación con uno mismo, con las personas que te rodean y con Dios.

Cada uno de nosotros sabemos mejor que nadie con quién necesitamos reconciliarnos.

Anímmemonos y hagamoslo! Dejemos pasar las oportunidades de venganza pero nunca, jamas, dejemos pasar la oportunidad de reconciliarnos.

(...perdon si molesto...)

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