jueves, mayo 08, 2008

Lo dificil que es crecer


Desde la Concepcion solo pugnamos por crecer. Desde la unicelularidad de los primeros minutos de nuestra existencia, promulgada por el magico decreto de la union de los precursores vitales dados por quienes nos otorgaron el privilegio accidental o planificado de darnos la vida, bajo el halito bendito del Creador Supremo, solo nos dedicamos a crecer. Y es la vocacion del ser humano: el incorporar materia tangible primero e intangible despues, bajo formas de elementos de acopio o de aprendizaje, creciendo en virtud a la capacidad de retencion y aprovechamiento que pueda tener de lo recogido.

En ese tren de crecer, de transcurrir la vida sin ser un pasajero sino un actor principal en el papel que uno mismo escribe a cada segundo de su existir, sobreviene el concepto de inmediatez y de postergacion, el entendimiento que cuando se crece, en cualquier caso, se hace siempre por aposicion de nuevos elementos y no por el magico arte de varitas que transmuten de sobregolpe lo que no existia hasta hace un rato y luego aparece. No hay milagros mas que el milagro de la vida, el aprendizaje es diario y nos cuesta el tiempo exacto que llevemos en esta tierra, ni mas ni menos. En ese tiempo aprenderemos lo que podemos captar, y que en mayor o menor medida nos haran ganar la ascension o el demerito, la elevacion o la postergacion.

Somos responsables de nuestro crecimiento. Y se hace dia a dia, segundo a segundo, con actitudes mas que aptitudes, con meritos mas que con defectos y muchas veces con perdidas mas que con adquisiciones. Es como construir una casa: se pueden tener los planos pero de ahi a verla terminada pasan muchas lunas, muchas noches con ansia y en vela. Y al final, en la magia del ladrillo a ladrillo, va tomando forma el sueño construido del material del que se hacen todos los sueños: esperanza. El crecimiento es gradual, gradativo, ascendente, progresivo. Y porque debe ser asi.


Cuentan que un antiguo Maestro siempre permitía que cada cual creciera a su propio ritmo. Que se sepa, nunca pretendió "presionar" a nadie. Y él mismo lo explicaba con la siguiente parábola:

"Una vez, al observar un hombre como una mariposa luchaba por salir de su capullo, con demasiada lentitud para su gusto, trató de ayudarla soplando delicadamente. Y en efecto, el calor de su aliento sirvió para acelerar el proceso. Pero lo que salió del capullo no fue una mariposa, sino una criatura con las alas destrozadas."

"Cuando se trata de crecer", concluyó el Maestro, "no se puede acelerar el proceso, porque lo único que puede conseguirse es abortarlo."

Cuando comprendamos que nuestra vida es un proceso, cuando entendamos que en la inmediatez esta el fracaso y que en la espera la victoria, cuando vivenciemos que los momentos aparentemente malos o las grandes perdidas forman parte de la felicidad plena o de la victoria completa, entonces nos daremos cuenta que las lagrimas derramadas fueron en vano, las balas en la cabeza de tanta gente pudieron haberse evitado y que realmente, somos felices y no sabemos cuanto.


(...perdon si molesto...)

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